Assen y alrededores

Hemos dedicado parte de la mañana a hacer las compras de subsistencia en Assen. En bici, como holandeses de pura cepa. Hemos traído las alforjas hasta arriba. En la puerta del centro comercial regalaban botellitas de 25 cl. promocionando... ¡Fanta naranja! Aprovechando el viaje también hemos intentado conseguir en la oficina de turismo información sobre rutas en inglés. Sin éxito. He pensado en convencerla con argumentos piramidales: yo lo cuento en este blog, a su vez, mis siete lectores se lo cuentan cada uno a siete amigos, y estos siete a otros tantos... y al final nadie viene a Holanda porque todo está en holandés... pero he pensado que con el gol de Iniesta ya era bastante. Je, je.

Después de comer en casa como unos señores, hemos decidido acercarnos a ver dos de los monumentos megalíticos de los cincuenta y tantos que hay en este país. En su práctica totalidad todos en esta provincia (Drenthe). Primero hemos visitado el de Loon. Después el de Balloo (nada que ver con el del plátano). No sé si todos son así, como una sucesión de menhires. A mi me recuerdan la osamenta de un dinosaurio (el último viaje fue a Teruel, quizá sea eso). No me ha parecido que les den mucha importancia. Ha sido difícil localizarlos (lógicamente no están en la plaza mayor del pueblo).

En el primero de los pueblos, Loon, había obras en toda la calle de entrada al pueblo. Me ha llamado la atención que había protegido los árboles. Entiendo que es para evitar cualquier daño que se les pueda hacer con la maquinaria. Y los árboles eran árboles normales, no olivos centenarios ni dragos milenarios. Y la localidad en cuestión es un pueblo cuya población dudo que supere los cuatro o cinco centenares de personas. Aquí nos ganan de largo.

Después hemos seguido rodeando Assen. Las casas de campos son muchas espectaculares: ¿los granjeros son ricos o los ricos se hacen granjas como segunda residencia? En cualquier caso, por aquí hay muchos menos canales, pero mucho más cultivo: maíz, patatas y trigo sobre todo.

En el paseo no hemos tenido el menor problema para orientarnos gracias a la rede de knooppunts (nodo, intersección), pero la señalización es mucho más amplia. Hay rutas específicas por todo el país, unas circulares y otras de larga distancia. Y tienen sus placas propias. Además de las placas en postes con la distancia en bici a las localidades más cercanas, omnipresentes en todo el país, hay otras señales con un formato curioso: el de seta cuadrada. Atención a la placa de la derecha de la foto... ¡Camino de Santiago en los Países Bajos!

La seta, además de indicar la dirección y distancia de las localidades más cercanas, tienen un numerito que permite también localizar tu posición en un mapa. No me extrañaría que la seta sirva para más cosas. Señales para todos los gustos.

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