Los holandeses

Parafraseando a Cortázar (me refiero al cuento de los axolotl), diré que hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los holandeses. Iba a verlos a sus pueblos y ciudades y me quedaba horas mirándolos, observando sus movimientos. Ahora soy un holandés.

Bueno, tampoco voy a exagerar, que llevamos aquí cinco días. De momento, somos de la roja. Pero sentado a la mesa desde la que se ve esta vista, contaré algunas cosas que nos resultan curiosas de esta gente.

En muchos sitios no aceptan tarjetas de crédito (y las que llamamos de débito tampoco funcionan, por mucho que digan que las aceptan, desconozco la razón). Algunos nos hemos acostumbrado a usarlas como medio universal de pago, olvidando que las cosas deberían ser más baratas si pagas en dinero contante y sonante. No digo que sea mejor ni peor. Es incómodo si no lo sabes, pero si redunda en el precio y lo sabes, me parece bien que alguien no las acepte.

El otro día conté que el inflado de las ruedas nos costó cincuenta céntimos. En España creo que es obligatorio que haya uno a disposición del público. Pero quién controla que funcionan o que pareciendo que funcionan miden bien. Yo estoy seguro que más de la mitad de los que funcionan están descalibrados. Si me cuesta cincuenta céntimos y funciona como funciona el que usé... prefiero pagar.

Lo de la leche nos tiene perplejos. Quizá es porque estamos en una zona rural. En el supermercado no tienes apenas variedad ni cantidad de leche. Supongo que se abastecen de otra forma. El espacio ocupado por zumos, vinos o cervezas, por poner ejemplos, es muy superior al de la leche.

Otra cosa que no costaría demasiado es incluir más información en inglés. En general. Lo habla todo el mundo y a ellos no les aporta nada, pero a los guiris sí nos aporta. Este lenguaje tiene la misma raíz que el inglés o el alemán, pero es un triunfo encontrar los parecidos. Appel es manzana. ¿Qué es sinaasappel? naranja... Lo sospechaba, pero hasta que abrimos el brik no lo confirmamos.

Las tiendas de bicicletas son de lo más común. Era de esperar. Cualquier cosa susceptible de montarse sobre ruedas se vende o se fabrica y se usa. En España se venden mountain-bikes y bicicletas de carreras. Poco más. Pero aquí lo que se vende son las bicicletas holandesas, que son, esencialmente, confortables. En el Decathlon se empiezan a ver bicicletas parecidas a estas, pero no sé si venderán muchas. Y desde luego son las óptimas si de desplazarse a secas hablamos.

Termino: he leído que el pato a la naranja es un plato típico francés. Podía ser perfectamente holandés. Si alargas el brazo cuando pasas a un lado de los infinitos canales que hay en este país, la probabilidad de enganchar un pato es altísima. Y como esta gente es tan civilizada, ni se asustan ni nada. Claro, que también puedes enganchar un cisne y que sea él quien te coma a ti...

1 comentario:

  1. Hola Manolo, aquí tu vecino laboral :P

    He tenido una semana un poco saturada y no me había pasado todavía por aquí, mil perdones :(

    Te está quedando un blog cojonudo, es una idea magnífica y que intentaré copiar si puedo.

    Pasáoslo bien, ya nos contarás!!

    ResponderEliminar