Vecht y Utrecht

Hoy ha sido un día intenso. Casi 50 kilómetros y muchos paisajes de cuento. Nos hemos acercado en coche a Loenen (al parecer se pronuncia Lunen), en las orillas del río Vecht. Este río nace cerca de Amsterdam y va a verter sus aguas a otro más grande a los 30 kilómetros de vida. Entre Loenen y Maarsen, sus orillas son una sucesión de casas de campo, mansiones, haciendas, muchas de las cuales son casi palacetes.

El recorrido, como parece que es la tónica, perfectamente señalizado mediante los famosos knooppunts. El plan era terminar en Utrecht, visitarlo, comer y dar la vuelta. Al llegar a Utrecht, me ha sorprendido que el barrio rojo, perfectamente organizado como todo aquí, pero no entro en detalles, era una sucesión de casas  de madera en la orilla del río. Eso sí, todo limpio, organizado, cuidado y supongo que con IVA.

Utrecht no tiene edificios especiales, salvo la catedral, pero está llena de museos y edificios universitarios, así que resulta especialmente agradable pasear por su centro histórico. Tras disfrutar de unos bocadillos ricos (salvo por la rúcula) y unas patatas con ketchup (tamaño normal, no nos hemos atrevido con el tamaño obélix), y disfrutar de un té Lipton con burbujas, hemos emprendido el camino inverso.

Bueno, estos señores de aquí han pasado a la final. Mañana miércoles nos toca pasar a nosotros. Ya tenemos preparadas las camisetas rojas. Afortunadamente son muy civilizados, que si fueran otros, igual nos echaban del país cuando les ganemos el domingo 8-).